Buenos niveles de productividad, eficiencia comprobada, más y mejores ventas. Cualquiera de estos puede ser el objetivo de una Pyme, pero antes deberá afrontar varios desafíos. Uno de ellos será ejecutar estrategias para reducir y evitar el absentismo laboral. En este artículo te damos algunos consejos, y es que ese el absentismo es uno de los problemas más comunes entre nuestros clientes.
En primer lugar, debemos definir en términos empresariales de qué se trata el absentismo. Este no es más que la ausencia del empleado en su puesto de trabajo, por causas justificadas (como bajas médicas) o no, que suponen que sus responsabilidades y compromisos se suspendan, o que otro trabajador las asuma.
Por supuesto, el absentismo afecta los costes de la empresa y su producción, además de perjudicar la dinámica y el ambiente laboral. Y, peor aún, se puede volver una bola de nieve si no se toman las medidas necesarias para reducir su índice y se convierta en una práctica generalizada.
Estas medidas parten del establecimiento formal de las políticas de ausencia, que conformarán el conjunto de normas a las que están sujetos tanto supervisores como empleados. Estas deben contar con procesos formales para la solicitud de permisos, pasos a seguir en caso de absentismo y el registro y notificación de las ausencias.
Ahora bien, también será necesario identificar si es un mea culpa y analizar las causas de las faltas. Y es que, más allá de las ausencias de los colaboradores por motivos de salud o familiares, muchas veces son la falta de compromiso, de estímulos, de sentido de pertenencia e incluso de supervisión, sus razones. Cualquiera que sea, es deber distinguir, puertas adentro, cuál es la causa recurrente y establecer los correctivos necesarios.
Para ello, puedes establecer una política de seguimiento de las ausencias. Esto te permitirá conocer cuáles son los motivos más comunes. De esta manera, podrás combatirlos con el establecimiento de programas y políticas acordes. Incluso si las ausencias se deben a motivos de salud, la empresa puede tomar cartas en el asunto y crear campañas de prevención de las enfermedades más recurrentes, programar revisiones médicas, fomentar la alimentación saludable y la práctica deportiva, entre otras medidas en beneficio de los empleados.
También es fundamental cambiar la perspectiva. Debemos dejar atrás los modelos tradicionales de supervisión y seguimiento, lo cual lo haremos de manera más eficiente al aceptar que el mundo ha cambiado y que las nuevas generaciones asumen de manera distinta el trabajo. A éstas le gusta seguir a líderes y no a capataces iracundos. Del mismo modo, aprecian ser valorados y respetados como colaboradores.
Los horarios poco flexibles también deben quedar atrás en aquellos cargos que puedan tener libertad de movimiento. Hoy por hoy, se premia la excelencia y la eficacia, por lo que mantener a un trabajador atado a una silla es absurdo si ha cumplido con sus objetivos laborales del día o de la semana.
Considera además que un buen ambiente laboral en tu Pyme puede aumentar la motivación de los empleados. Hasta el más positivo rechazará un espacio sombrío o un lugar en donde es evidente que hay riesgos laborales. Velar porque el puesto de trabajo de cada colaborador cuente con una buena iluminación y ventilación, con las suficientes herramientas y recursos para realizar sus funciones, sin exposición a ruidos molestos, sin duda, ayudará a crear mejores condiciones de trabajo y un sitio propicio en el que el empleado se sienta a gusto.
Por último, establecer políticas de conciliación ayudará a los empleados a planificarse y no sentirse atrapados en sus trabajos, lo cual, a la larga, genera sentimientos de frustración y rechazo.
Ahora, después de estos consejos, piensa cómo tu Pyme puede establecer mejoras, siempre teniendo en cuenta sus objetivos y metas empresariales… Y es que una Pyme feliz siempre va a ser nuestro mejor consejo.
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